miércoles, 16 de marzo de 2022

Hoy por la tarde fui por mi dosis de refuerzo a Xalisco. Para mi sorpresa, me encontré con que estaba haciendo fila justo en frente de donde hace unos días estuvo Ashab durante horas, esperando ayuda para ser trasladado a un hospital. En el sitio, se ha improvisado un altar donde además de flores y veladoras, se exige justicia. La ambulancia que no sirvió de nada mientras el muchacho agonizaba, estaba estacionada al interior de la cancha de usos múltiples, allí duró un buen rato. Los vecinos del lugar dicen que sólo la sacan al estacionamiento y la vuelven a meter, es decir, sí funciona, pero no está disponible para alguna emergencia, aún después de lo que ocurrió la semana pasada.

Mientras estuve en el proceso de ser vacunado, la ambulancia por fin salió de ese lugar y regresó poco antes de que yo me marchara.

La normalidad vuelve a adueñarse de ese lugar. Los negocios no han dejado de funcionar, el de las frutas y aguas frescas, el local de ropa, la farmacia en cuya banqueta pasó Ashab su agonía. El consultorio donde el joven trabajaba permanece cerrado y sus puertas selladas por Fiscalía. Salvo ese vestigio de la tragedia y la nostalgia que se percibe entre los vecinos, todo lo demás sigue igual. El alcalde hace rifas de teles, desayunos, sonríe, la tragedia no le quita el sueño ni lo incentivó a corregir el rumbo en materia de Protección Civil y atención a emergencias.

El modesto altar a la memoria de Ashab, sin embargo, es un recordatorio de que una familia perdió a un hijo por la maldad de un criminal, pero también por la negligencia de un gobierno."

......Nada Cambia, las mismas promesas y discursos baratos de siempre.


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